Hace unos días mi hija se preparaba para decir en el matutino: 22 de diciembre, Cuba se declara territorio libre de analfabetismo, día del Educador, y le pregunté sabes por qué.
Le expliqué las condiciones precarias que tenía nuestro país antes del Triunfo de la Revolución y las acciones realizadas por Fidel para cambiar aquella situación, la cantidad de jóvenes y maestros voluntarios que dieron su paso al frente para ir a lugares lejanos e intrincados para que niños, jóvenes y ancianos aprendieran a leer y a escribir, le hablé de Conrado Benítez, Manuel Ascunce y otros jóvenes que fueron asesinados por mercenarios pagados por el imperialismo para que Cuba no realizara tan tamaña hazaña.
Pero mi orgullo fue mayor cuando me expresó la grandeza de Fidel, los logros de esta Revolución que busca en sus hijos un futuro mejor, que ese día les desearía un FELICIDADES a todos los educadores, pero sobre todo cuando decidió que sería maestra como su abuela, sus tías y su madre.
